TESTIMONIO SALVADOR GARCÍA

Mi nombre es Salvador García Carmona y soy trasplantado.

Me contagié de Hepatitis C a través de una transfusión sanguínea que necesité tras sufrir una perforación de estómago y perder mucha sangre. Hablamos del año 1977.

Traté de seguir mi vida de la manera más normal posible, trabajando como hasta entonces, cuidándome y acudiendo a las revisiones médicas para controlar la enfermedad. Así pasaron 25 años, hasta que en una de ellas me comunicaron que habían detectado un tumor en el hígado. Necesitaba un trasplante urgente o en un año moriría. Mi hígado ya no soportaba más la carga vírica de la enfermedad.

A los 4 meses apareció el donante y me trasplantaron; la operación fue larga, pero todo salió bien.

A partir de entonces me cuido comiendo sano, camino todos los días, tomo la medicación necesaria y acudo siempre a las revisiones periódicas; esto ha permitido que lleve ya 21 años trasplantado y espero que sean muchos más.

Me alegra poder contaros mi experiencia para que os anime a no tener miedo al proceso de trasplante. Hay muy buenos profesionales y, hoy en día, los medios técnicos son aún mejores. Además, es importante señalar que la calidad de vida de un trasplantado puede ser muy buena. Yo soy el ejemplo de que esto es cierto.

Quiero dar las gracias a la Asociación Athema por la oportunidad que me da de contar mi historia y poder así agradecer públicamente la labor de los profesionales del Hospital Carlos Haya y agradecer especialmente a la familia de mi donante cuyo gesto de generosidad permitió que pudiera seguir disfrutando de mi vida por muchos años más.